El partido tiene mil ojos y mil oídos. La primera vez que leí esa frase fue en el verano de 1980 y no fue en el Perú, sino en Nicaragua, sobre la puerta y parte de la pared de una casa de vecindario. Pregunté qué era eso y me dijeron que seguro que allí vivía un contrarrevolucionario y era una manera de decirle que estaba bajo vigilancia. Aunque yo simpatizaba con la causa sandinista, me pareció escalofriante.

Supongo que la frase ha de ser original del proceso chino, pues de allí es que Sendero Luminoso copiaba muchas de sus frases y pensamientos, a veces dándole un pequeño retoque si era necesario adaptarlas al Perú. Así, avanzados los años 80, vi esa frase en algunas paredes locales, pocas la verdad, más era algo que se repetía oralmente y que mantenía en vilo a la población de los lugares donde más se daba la violencia.

A Abimael lo agarraron en 1992, de eso hace casi 18 años. Poco tiempo después terminó la guerra. Los jóvenes de hoy no crecieron escuchando esas frases ni tampoco detonaciones que se bajaban los postes y centrales de luz eléctrica. Un poco de memoria, para empezar, es importante, y en eso quienes lo vivimos tenemos una responsabilidad. Hay que hablar.